Hoy tengo el placer de compartir una nueva colaboración con los medios de comunicación. En esta ocasión explico para los lectores de ‘El Periódico de Aquí’, líder en la Comunidad Valenciana, el estado en el que se encuentra la mediación familiar como fórmula para la resolución de conflictos en España. El punto de partida es el Anteproyecto de Ley de Impulso de la Mediación, aprobado el pasado mes de enero de 2019, una norma que trata de relajar la carga de trabajo que actualmente existe en los juzgados, también en Derecho de Familia.
La tendencia en España (y en todo Occidente) en los últimos años es la de impulsar la mediación como vía para la resolución de conflictos fuera de los tribunales. La meta, tal y como recuerdo en este artículo, es aliviar la carga de los juzgados y tribunales de nuestro país, ampliando el número de casos que pueden resolverse sin presencia de un juez.
En mi opinión, se trata de una decisión muy acertada, con efectos positivos para todas las partes. Con la mediación en general (y la mediación familiar en particular), las personas implicadas toman parte en su propia decisión y asumen una responsabilidad al respecto, al tiempo que el sistema judicial ve relajada su carga y puede dedicarse a casos realmente complejos con mayor detalle.
Ventajas de la mediación familiar
Además, la mediación familiar trae de la mano otras ventajas, entre ellas el hecho de que se pueda negociar punto por punto un asunto familiar, sin dejar la decisión en manos del juez. Ello permite a las partes controlar en mayor medida el resultado del proceso, limando asperezas durante la negociación y alcanzando acuerdos más duraderos. De esta forma, se reducen las posibilidades de que cualquiera de los implicados incumpla el acuerdo o acuda de nuevo a la justicia para modificarlo.
En definitiva la mediación es capaz de resolver conflictos de una forma mucho más cercana, amistosa y conciliadora. Por eso viene impulsándose desde hace tiempo, por ejemplo, a través de la Ley 5/2012 de Mediación en Asuntos Civiles y Mercantiles. En este marco, quizás el Derecho de Familia es uno de los mejores ámbitos legales en los que desarrollar la mediación, ya que se trata de tomar decisiones muy delicadas que marcarán la vida personal de toda la familia. Divorcios, separaciones… pueden ser tratadas por esta vía.
Además, una de las novedades que trae de la mano el Anteproyecto actual se refiere a qué personas pueden ejercer como mediadores. Es importante saber que éstas deben contar con formación no solo legal sino también en psicología y/o trabajo social, así como en igualdad y violencia de género. La norma asegura la unificación de este tipo de cualificación profesional, creando el Registro de Mediadores, dependiente del Ministerio de Justicia.
Se trata de que este tipo de profesional pueda cubrir todas las necesidades de la familia, trabajando con empatía, paciencia y neutralidad. Aunque la norma aún no se ha aprobado definitivamente (y es posible que sufra alguna modificación), existe un claro consenso acerca de la necesidad de impulsar la mediación: pronto veremos novedades que ayudarán a miles de familias a resolver sus conflictos de forma más rápida, sencilla, económica y a medida.
Si necesitas ayuda de un abogado de familia para una mediación familiar o para un caso judicial relacionado con Derecho de Familia, contacta con nosotros sin compromiso.